Debería estar sentada escribiendo un proyecto cuyo plazo de entrega final es el jueves, pero como todo en estas últimas semanas no he tenido cabeza para poder sentarme a hacerlo, espero que después de escribir al menos le dedique un rato.
Estos días han pasado tantas cosas por mi cabeza, tantos pensamientos, tantas palabras perdidas, tantas frases sueltas, me siento como en una película que va en cámara lenta, donde de repente me devuelvo a mi infancia y veo a mi madre discutir con mi padre y recuerdo las frases que decía, después voy a mi adolescencia y recuerdo ver a mi hermana gritarle por la ventana a su novio, luego me veo a mi, sentada en la silla del patio del edifico de Adriana llorando un 31 de diciembre porque era el fin, y ahora recuerdo todos los momentos en los que me fastidie y esperé lo mejor.
Todos tienen tanto que decir, todos tienen tanto que juzgar, que yo me convierto en un embudo que recibe y recibe información y que no alcanza a procesar. Es el momento del sentido común, es el momento de la tristeza, es el momento de la rabia, es el momento del amor, es el momento de la esperanza, es el momento de la desilusión, tantos momentos en tan pocos instantes, que no alcanzo a divisar el horizonte.
Me repito una y otra vez que nada se, y luego pienso que hago lo que mejor puedo hacer, que de pronto todo esto solo indica lo débil que soy, lo incapaz que soy, miro al frente y todo parece tan lejano, y yo me quedo en la mitad esperando que alguien decida por mi que camino tomar, aunque en realidad yo se que camino tomar.
Es hora de perdonar, de perdonarme y de perdonarlas, aún me cuesta entender que todos cometemos errores, aún me cuesta entender que debo vivir esta situación por alguna razón. Me pregunto ¿qué debo aprender?, me estremezco de nuevo, todo se enreda en mi cabeza, miro y no veo nada, solo un gran deseo de que esto nunca hubiera pasado.
Pero paso y es momento de afrontarlo, es momento de pararse de frente y tomar una decisión, no importa si me equivoco o no, lo importante ahora es decidirme, porque sé, que sea cual sea lo que decida ahora, es la decisión adecuada para este momento de mi vida.
La vida sigue y yo aún estoy en el 5 de febrero y esta vez no me quiero quedar 8 meses esperando a alguien, esta vez esta en mis manos acabar con la incertidumbre, porque yo no se si es lo correcto, porque yo no se que vaya a pasar, yo no se cuanto tiempo dure esto, yo solo se, y es lo único que se con certeza: QUÉ QUIERO!
Quiero y hoy abogo a mi derecho de hacer lo que se me da la gana y esto es lo que quiero hacer, se que puedo equivocarme lo sé, pero hoy decido correr el riesgo, porque siempre he pensado que vale la pena correr el riesgo.