No sé en que momento empezamos a odiarnos tanto, no sé cuando se abrió una brecha insuperable entre nosotras, la verdad es, que mi hermana y yo no nos hemos llevado bien desde que tengo memoria. Es cierto que la memoria no es una de mis mayores cualidades, que no recuerdo muchas cosas de mi infancia, y para completar los únicos recuerdos que tengo de mi niñez junto a mi hermana se reducen a golpearnos, gritarnos, a que ella me decía que yo era adoptada y así.
Hemos pasado 25 años juntas y quien apostará que el crecer nos iba a hacer madurar y nos iba a hacer darnos cuenta de la importancia de tener un hermano y que nuestra relación mejoraría, hubiera perdido mucho dinero hoy en día.
A veces me pregunto qué tenemos que pagar ella y yo, qué tenemos que aprender, por qué razón nos pusieron juntas?. Al final no encuentro respuesta, sólo un portazo en mi cara siempre que trato acercarme. En este punto, yo misma tengo puesto mi traje antigolpes y los guantes listos para recibir cualquier derechazo.
Siempre quise tener una hermana a la cual contarle mis cosas, una amiga, una confidente, pero en cambio, somos dos desconocidas que no son capaces de mantener una conversación acerca de sus vidas. Es triste ver como el abismo se hace más y más grande cada vez. Es triste ver como me he llenado de rencor hacía ella, como no sólo nos volvemos desconocidas, sino enemigas.
Y es triste darse cuenta una vez, qué quisiera una hermana a mi lado, pero que eso no pasara.
A veces me pregunto que pasará el día que mi mamá deje de ser lo único que tenemos en común. Qué nos paso?
Una noche triste es el final para un día depre y estresado. Pero vamos bien, mañana es un nuevo día y mi hermana y yo, nos ignoraremos la una a la otra, hasta que de nuevo, por el motivo que sea, discutamos una vez más.
posted by Fiorixk @ 10:29 p. m.